martes, 22 de noviembre de 2011

Capítulo 6:No seas rencoroso Lucas.

~Narra Marcos~
Bajé de mi coche.
-Tienes que darles tiempo pero sobretodo a Lucas -mi hermana Verónica apretó mi mano para reconfortarme- sabes lo mucho que significa Melania para él. -dijo y empezó a andar, todavía no me entiendo ni a mi mismo, ¿cómo se puede ser tan idiota? tenía a la chica perfecta y lo jodí todo y en vez de intentar arreglarlo la seguí cagando. Verdaderamente no sé que hago aquí ni porque acepté venir, todos me odian y tienen sus razones. También eran mis amigos pero yo no me los merezco.
-Creo que me iré -dije y ella paro y me miró con una especie de rabia.
-Deja de ser un cobarde, ¿cuando piensas madurar Marcos?
-Tú no entiendes nada Verónica, es difícil ¿vale? -le espeté.
-Él que no entiende nada aquí eres tú, se ha pasado los últimos seis meses llorando, ella que era la última persona que se lo merecía la única persona que de verdad te ha querido, a la única que de verdad has querido y sigues queriendo y no me niegues que la quieres porque soy tu hermana joder, te oigo todas las noche sollozar y tirar cosas contra la pared -gritó para luego abrazarme.
Tenía toda la razón, es cierto eso de que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Yo sabía que tenía una gran chica, la mejor novia de todas pero según ha ido pasando el tiempo también me he dado cuenta que tenía a mi lado la única persona que me podía hacer feliz.
-Solo quiero ayudarte hermanito -dijo separándose de mi- quiero ayudarlos a los dos.
-Si voy, a ella le haré más daño, me odia -dije y pase la mano por mi pelo echandolo hacia atras.
-No te odia Marcos, te aseguro que no.
-¿Entonces? -creo que iba a llorar, hacía tiempo que no lloraba delante de nadie.
-Los dos tienen que dejar de sufrir y la única manera de hacerlo es arreglar las cosas -dijo y tiró de mi mano haciendome andar, pase mi mano por sus hombros para estrecharla contra mí y darle un pequeño beso en la frente. Verdaderamente tenía la mejor hermana del mundo y bueno también el mejor hermano, Jorge, echaba de menos al pequeñajo y se había ido ayer.
Empezamos a caminar por la arena y  alo lejos vi al grupo seguían siendo los de siempre. Los mellizos; Elizabeth y Pablo, Gabriel, Steffy y Max, Nana,Vero, Lucas, la preciosa Mel, mi cuñada Cande y mi hermano Jorge aunque los dos últimos estaban de viaje, ah sí y ahora por lo visto tambien el estupido de Tony Brown, no solo lo tendría que aguantar en los entrenamientos si no ahora también aquí. Maldito idiota. Aprieto los puños mientras seguimos avanzando, resopló fuertemente intentando relajarme, tiene a Melania cojida sobre un hombro, ella ríe. ¿Es que acaso no entiende que es mi chica, que es mi Mel? Siguen riendo ahora a la vez, estan cerca de la orilla, ella parece feliz y eso se clava en lo más profundo de mi corazón. Me cuesta aceptarlo pero ella ya no es mía y conociendola como la conozco dudo que lo vuelva a ser. Otra vez esas horribles ganas de llorar. Algo vibra en mi bolsillo. Saco mi iPhone.
·Nuevo mensaje. Tatiana.
Abrir. Estoy sola ¿vienes?.
Verónica acaba de ver el mensaje, me mira interrogante.
Borrar mensaje. Hecho.
Ahora sonríe y yo con ella. Tatiana ha sido uno de los grandes errores de mi vida. Es hora de cambiar.
Llegamos hacia donde estan todos, las miradas se clavan en mí expectante menos la de Lucas que esta de espaldas viendo como Tony vuelve con Melania todavía cojida. Le miro mal y él me devuelve la mirada de igual manera. Todos callan. Verónica hace un comentario sobre el culo de Mel. Por dentro río, es la primera vez que lo hago en toda la mañana. Creo que esta mucho más buena que cuando estábamos juntos y eso parecía imposible. Tony la baja y ella se da la vuelta. Para mí todo pasa a cámara lenta, mientras gira su maravilloso pelo se mueve y sonríe pero cuando nuestras miradas se cruzan la sonrisa de antes se desvanece. Sus ojos azules están aún más claros de lo que los recordaba. No pienso dejar de mirarla nunca.
-Hacia tiempo que no te veíamos entre nosotros -Pablo interrumpe el momento para eliminar un poco de tensión y me da un leve abrazo, eso me hace sentir bien. Pensaba que todos iban a pegarme nada más verme. No dejo de mirarla, ni ella a mi tampoco. Muestras sus ojos algo acuosos. Elizabeth se levanta y me abraza, la estecho contra mi pecho. No puedo creer que después de hacerle eso a su mejor amiga todavía me dirija la palabra, es una gran persona. Nana y Steffy me abrazan a la vez, me siento verdaderamente bien, hasta ahora no me había dado cuenta de la falta que me hacían mis amigos. Cierro los ojos y disfruto del aroma floral que desprenden sus cabellos. Mis niñas, mis tres niñas. Se separan y me sonríen. Vuelvo a mirarla, sigue en el sitio, a cada uno de los lados se encuentran Lucas y Gabriel.
-Hermano -Max y yo chocamos las manos para luego abrazarnos. Ahora viene la parte difícil, doy un par de pasos hacia delante y tiendo mi mano derecha delante de Lucas. Él paso su brazo izquierdo por la cintura de Mel y la estrecha contra él, ella automáticamente cierra los ojos y suspira. No sé si quitar mi mano, me niega el saludo y no sé que hacer. El sentimiento de alivio que antes me inundaba comienza a desaparecer rápidamente. Melania lo nota y se acerca al oído de Lucas y le susurra algo, no logro escuchar el que, apreta fuertemente los ojos, parece que lo que oye no le gusta en absoluto, se miran mutuamente y ella le sonríe, con esa sonrisa que tranquiliza a cualquiera.
-Marcos -dice fríamente mientras estrecha mi mano, almenos es un avanze. Muero de curiosidad por saber que le ha dicho para convencerle de esa manera. Gabriel tan bien estrecha mi mano después de un susurro de Mel. Llega el momento, no sé como saludarla. Me moría de ganas de abrazarla pero sabía que era imposible.
-Hola -susurró.
-Hola Melania -dije esta vez yo. Me siento avergonzando.

~Narra Melania~
Acaba de pronunciar mi nombre, soy idiota sigo pensando que suena más bonito cuando viene de su boca. Esta más irresistible que antes, repaso durante unos segundos su rostro. Su ojos verdes seguían igual de preciosos, su pelo estaba aún más rubio de lo que recordaba y su pelo estaba más corto mostrando una pequeña cresta extraña. Mi mirada baja hacia su cuerpo, ha ido al gimnasio, lo noto, esta mucho más musculoso e incluso me atrevería a decir que más alto.
Me alejo de todos y camino hacia la orilla, siento la arena debajo de mis pies, me gusta esa sensación. Me siento, las olas me mojan suavemente los pies y eso me relaja. Me siento extraña. Noto a alguien acercandose, aún no esta a mi lado pero sé perfectamente quien es.
-Lucas -le digo y él ríe suavemente.
-¿Estas bien? -me pregunta, miro hacia arriba y asiento- no sabía que iba a venir.
-No pasa nada, alguna vez tenía que pasar, además de ser mi novio también era amigo vuestro -trago sonoramente.
-Puede ser amigo de todos ellos pero mío no -niego en señal de desaprobación, no me gusta que diga esas cosas- no después de lo que te hizo, eres lo mejor que tengo Melania y quizás tú le llegues a perdonar pero yo no puedo.
-No seas rencoroso Lucas, no eres así -miro al frente, suspira.
-Eres demasiado buena.
-Lo sé por eso me pasa todo esto -sonrío a medias aunque no me pueda ver.
Notó otra presencia. Un escalofrío, luego otro. Es Marcos.
-¿Puedo hablar con ella un momento? -le pregunta a Lucas.
-No.
-Por favor.
-Tú diras Mel.
Miro a Lucas y él me intenta sonreír y se aleja.
-Si pasa algo llamame -dice mientras vuelve junto al resto.
Río. Es el mejor amigo que nadie puede tener y es mío. Marcos se sienta a mi lado, creo que estoy temblando. Nos mantenemos en silencio.
-Creo que deberíamos hablar.
-Lo estamos haciendo ya  -digo fríamente pero una sonrisa inunda mi cara.
-Me refiero a hablar de nosotros, de lo que paso -su voz suena ronca. Me gusta.
-Ese nosotros ya no existe y lo demás es pasado y ya te dije una vez que el pasado, pasado es.
-No puedo seguir viviendo con este sentimiento de culpa Melania -me reprocha.
-Yo no tengo la culpa Marcos.
-Deja de echarmelo en cara -susurra, giro mi cabeza hacia él, tiene la mirada perdida.- Sé que hize mal, pero quiero que me perdones.
-No hay nada que perdonar -susurro esta vez yo.
-Estas muy guapa Mel -dice y yo sonrío inconsientemente.
-Gracias.
-Te echo de menos -me mira y yo a él.- ¿como pude dejarte escapar? -suelta una pequeña caricia en mi mejilla y cientos de escalofríos recorren mi cuerpo y siento como el calor se apodera de mis mejillas.
-No hagas esto más difícil -le digo, sus ojos pierden totalmente su brillo y yo inmediatamente me siento mal muy mal.
-Lo siento. -dice mientras pasa la mano por su pelo.
-¿Cómo te va con Tatiana? -pregunto aunque sé que la respuesta me va a doler, se les ve tan felices. Me mira desconcertado.
-Ella y yo no somos nada -alzo la ceja divertida- es enserio, ella solo fue un error.
-No deberías llamar así a las personas y menos a las que quieres -sonríe.
-Yo a ella no la quiero -frunzo el ceño y el vuelve a sonreír, es tan lindo.- me ha costado tanto darme cuenta de lo equivocado que estaba.
-Nunca es tarde.
Me levanto y empiezo a andar por la orilla.
-¿A donde vas? -grita.
-A dar un paseo.
-¿Puedo acompañarte? -me pregunta, yo rio.
-Ya lo estas haciendo tonto.
Corre hacia mi para alcanzarme. Cuando se pone a mi altura, besa mi mejilla y miles de fuegos artificiales se disparan dentro de mi pequeño cuerpo.


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